La Luz y la Oscuridad 

“La ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia” Konstantin Tsiolkovski

Realizo mi lectura seleccionada, y no puedo evitar pensar en las lecciones recibidas durante una parte de mi formación académica, en las cuales, nos hacían énfasis en cómo el átomo y sus partículas eran la unidad fundamental de los cuerpos terrestes y celestiales. Análogo a una célula y sus organelos, estas partículas se integraban en sistemas de mayor tamaño que interactuaban entre sí y daban lugar a un “organismo” de dimensiones más allá de nuestra comprensión, al que llamábamos Cosmos. Por ello, estudiar esas partículas nos facilitaría entender cómo y cuándo empezó el Universo, y con ello enternder nuestro lugar como habitantes de un planeta en dicho sistema.

Y aunque pertenecemos a una generación que acepta más fácilmente los hechos científicos, eso que nos enorgullece haber “descubierto” del Espacio representa una minúscula parte de todo lo que existe: seres humanos, animales y vegetales, elementos inanimados naturales y artificiales; satélites, planetas, galaxias, nebulosas, cometas; todos conformados por átomos y subpartículas atómicas que aunque pudiéramos unirlos y compactarlos, su masa sólo constituiría el 4% del Universo.

Y ¿qué hay del 96% restante?

Ese masivo componente faltante, parece estar oculto ante nuestros ojos. De ahí que se le otorgara el adjetivo “oscuro”, ya que sólo recientemente se ha determinado dónde podría encontrarse.

La historia comienza con los primeros estudios para calcular la edad y el tamaño del universo. En vista de que no podían tomar un cuerpo celeste y medirlo tradicionalmente, se realizaron los cálculos de las dimensiones y distancias entre la Tierra otros planetas, así como de las estrellas y galaxias más cercanas, comparando la intensidad de la luz que emitían.

Por ejemplo, para calcular la distancia entre dos galaxias, buscan en ella una estrella de patrón luminoso que se conozca (por ejemplo una supernova) y lo comparan con los patrones de longitud de onda de luces ya conocidos.

Al comparar la intensidad de los brillos, se dieron cuenta que también podían calcular la velocidad a la que se alejaban o acercaban entre sí. La sorpresa se presentó cuando en 1929, Hubble se dio cuenta que a medida que se estudian galaxias más lejanas, la velocidad a la que se alejan es mayor, o sea que gradualmente se están alejando.

Esto sustentó la Teoría del Big Bang como la explicación más razonable de cómo inició el mundo, y con ello el reconocimiento de que el universo es mucho, mucho más antiguo de lo que se creía.

Durante varios años, esta explicación con algunas variantes discretas, habían saciado la curiosidad científica y permitían calcular la edad del universo, llevando a pensar que se podía conocer el punto más lejano del espacio.

Cuando Einstein publicó su Teoría de la Relatividad en 1915, se pensaba que el universo se expandía a una velocidad constante. Sin embargo el físico demostró que podían suceder tres opciones: expardirse más rápidamente, expandirse hasta detenerse, o bien, llegaría a un punto donde la expansión se detuviera y comenzara una regresión y con ello en encogimiento del universo.

De las tres explicaciones, la que generaba más optimismo en el ámbito científico era la expansión sin límite, la cual fue corroborada por las observaciones de Hubble, pero esto suponía que el universo debería contener suficiente materia y energía para lograr un movimiento continuo. Y las ecuaciones no permitían explicar tanto movimiento con tan poca masa – o peso-.

Y aquí es donde surge la materia oscura: la cantidad de luz que emitía una galaxia no era suficiente para explicar la velocidad a la que se alejaba. Pero si en los cálculos se incrementaba su masa, las ecuaciones comenzaban a cuadrar. Entonces, se concluyó que existía algo alrededor de las galaxias, como un halo invisible, que afectaba su masa y por consiguiente, la velocidad de su movimiento. Y aunque no puede verse directamente, parece producir una deformación en la luz que lo atraviesa. Y eso sí se puede ver.

Sin embargo, los cálculos permitía llegar a sólo un 27% y a eso se le llamó Materia Oscura.

Por otro lado, permanecía la incógnita de qué fomentaba el incremento de la velocidad de esas galaxias, ni por qué existía un faltante tan grande en el cálculo de la masa total del Cosmos.

En este caso particular, Einstein formulaba que existía una fuerza de atracción que mantenía la expansión del universo, y que operaba contraria a la fuerza de gravedad. La llamó constante cosmológica. La constante cosmológica, sería la causante de que las galaxias se alejaran a velocidades mayores conforme se alejan de nosotros. También mencionaba que este fenómeno no afectaba la forma de las galaxias, ya que la fuerza gravitatoria mantenía la distancia entre las estrellas que la conformaban.

Curiosamente, él siempre consideró esta idea como uno de sus mayores errores, y la descartó ante la efusividad del “Big Bang”, quedando en un segundo plano por muchos años.

Recientemente se retomó esta teoría, encontrando que: si se tomaba la masa de todo el universo, junto con la masa probable de materia oscura y se agregaba la “energía” de la constante cosmológica, el resultado era el cálculo exacto de la cantidad de componente de todo el Cosmos.

A esta energía se le llamó energía oscura y explicaría el 73% de todo lo que existe, solo que adivina: tampoco puede verse. Aunque aparentemente, hay optimismo en la comunidad científica para lograr medirla y demostrar su existencia.

Conclusiones:

La relevancia de estos hallazgos radica en que abriría una ventana al momento justo del Big Bang y mostrarnos cómo se comportó el Universo desde su inicio, y por añadidura poder determinar cómo se formó la vida en la Tierra.

Gracias a ello, también se ha podido calcular la edad real del Universo: aproximadamente 13,700 millones de años (13798±0.037 millones de años según la NASA).

Finalmente nos ha permitido elucubrar sobre el final de los tiempos: y aparentemente será un final frío y oscuro, en soledad en nuestra galaxia acompañados sólo de las extrellas y planetas de la diminuta Vía Láctea, hasta que gradualmente cada elemento se separe y cada átomo se fraccione hasta que no quede nada… Aunque el final de la Tierra será mucho antes, tomando en cuenta que nuestro Sol se extinguirá en 5,000 millones de años (a menos que el cambio climático nos borre a nosotros antes del planeta primero).

Comentario:

El ser humano a lo largo de su existnecia en el Planeta, ha tratado de entender el entorno en donde vive. Si bien antiguamente se creía que nuestro planeta era el centro de todo lo que se conoce y el ser humano era la máxima creación del Universo, gradualmente nos hemos percatado que nuestro lugar en el cosmos no es significativo.

Electrones, protones y neutrones, las partículas subatómicas y fuerza de gravedad, habían sido hasta hace unos años, los únicos componentes de nuestro Universo.

Hoy sabemos, que nuestro lugar en la creación es quizá más relegado de lo que quisiéramos admitir, y lo más importante resultó ser lo que no vemos.

De acuerdo a las enseñanzas científicas, es posible comprobar que algo existe si es posible detectarlo a través de nuestor sentidos o bien, medirlo y calcularlo a través de métodos científicos. Estamos acostumbrados a requerir que todo sea comprobable, y nos consideramos mejores científicos a medida que podemos descartar o afirmar una teoría, mediante la utilización de tecnología, fórmulas, cálculos e ingenio humano.

Nos encanta afirmar que nosotros los humanos, estamos deshilando los misterios de la creación del universo: a pesar de que esos misterios paracen resistirse a que los conozcamos totalmente.

Carl Sagan lo mencionaba: “la astronomía es una experiencia de humildad y construcción de carácter. Quizá no hay mejor demostración de la tontería de la soberbia humana que ésta imagen distante de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amablemente, y de preservar y cuidar el pálido punto azul, el único hogar que jamás hemos conocido”

 “Pálido Punto Azul: Foto más lejana de la Tierra, tomada el 14 de febrero de 1990 por la sonda Voyager 1, desde una distancia de 6.054.558.968 kilómetros desde la Tierra ó 5,6 horas luz (distancia que a la sonda le tomó más de 12 años) Créditos: NASA JP.

Adivina adivinador:

Pepe fue al zoológico a visitar a los pandas, y cuando regresó, le contó a Arturo cuántos pandas vio.

Usa las siguientes claves para resolver este problema:

1. El número de pandas es un número impar.
2. El cuidador del zoológico estaba alimentando a uno.
La suma del resto de pandas
es un múltiplo de 4.
3. El número de pandas es mayor que 3 y menor que 13.
4. El número total de pandas es un múltiplo de 3.  
¿Cuántos pandas había en total?

Sensatez y sentimientos ¿impuestos?

  

¿Nuestras elecciones son realmente libres? 

Recién leí un ensayo de la revista Aeon, en el que se compara el amor romántico en los  países  occidentales con el concepto ruso de las relaciones sentimentales. 

Del concepto occidental de la pareja que llene mis necesidades, al ruso, de sucumbir al sublime sentimiento de la pasión (con todo y tragedia).

No hay respuestas correctas, pero un punto intermedio suena más interesante (más cargado al lado ruso).

Romantic Regimes

Re-Crear Ideas: el Estudiante en línea

imageblogestudiantevirtual.wordpress.com

El desarrollo tecnológico tiene una influencia tan amplia en nuestra vida, que es innegable su efecto en actividades como la comunicación o la enseñanza, pero este rápido crecimiento presenta nuevos retos y desafíos.

Si bien las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) han facilitado la creación y difusión de contenidos así como la accesibilidad a los mismos, le han exigido al alumno pasar de ser un receptor pasivo de información a convertirse en agente activo de su propio aprendizaje.
La enseñanza ha trascendido los muros; las aulas virtuales se convirtieron en un entorno donde se facilita el aprendizaje y los libros son uno de los muchos instrumentos de este proceso. El diálogo didáctico ocurre entre el docente y estudiante (s) a través de plataformas o foros, derribando la barrera de la distancia.
Atrás quedaron las estructuras rígidas de aprendizaje en un salón, con contenido impartido por el docente en donde el alumno se limita a recibir información. Podemos finalmente despedirnos del tedioso método de memorizar y repetir, para posteriormente olvidar. Bienvenido sea el análisis y el desarrollo de la crítica de contenidos; abramos paso a la formación de la destreza comunicativa y la colaboración.

Veamos el desarrollo del nuevo alfabeta digital: aquellos para quienes el manejo y discriminación de la información es su nueva forma de adquirir conocimiento.